No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento
determinado. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja,
y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron
que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas
la responsabilidad de completarlo que nos falta.